lunes, 29 de noviembre de 2010

Nota al sombrero

Esta nota se la deje a una chica en el refrigerador de su corazon. Siempre soy el que se enamora del desamor, el que busca la mentira, el de la paranoia. Esta vez esta joven se predispuso a darme un apreton de manos, a dedicarme dos horas para que me diera tiempo preguntarle si ibamos a dormir juntos alguna vez o si preferia que le diera tiempo a digerir el descanso que anhelaba su alma. La chica usaba sombrero, cosa que ya se ve poco en estos tiempos, y le admiti mil veces que podia enamorarla sin malicia a un vestido y a ella. Sus ojos, verdes como un valle tranquilo recien amanecido....la unica paz en su ansiedad.


"Te agradezco eternamente tratar de no perder lo más por lo menos pero, ¿qué estamos haciendo? Esto aún no es nada. Somos dos personas que se están conociendo. No te desesperes. Sé que se te han juntado los sentimientos. La distancia separa la realidad y te llena la irrealidad de ansiedades. Creo que deberías aprender a vivir el día a día Te falta la ilusión, tu sed de soñar se muere de hambre y de abandono.


En tus ojos verdes he de notar que te has cerrado el corazón a sentir, pero solo tú serás capaz de saber cuándo volver arriesgarte. No digo que sea yo, mujer de piel morena, quien te erice la piel, pero no me culpes a mí por ser quien soy e impregnarte un poco de lo que tengo para dar. No te miento, no soy un actor, pero quizás si un caballero sincero que escribe esta carta para que entiendas que renuncio formalmente al amor a conveniencia.

Te has puesto un sombrero que te protege de la dulzura, de la magia. Lamentablemente por más que cerremos nuestro corazón, viajemos a la defensiva por la vida, nunca seremos capaces de controlar el siguiente error o el siguiente amor. Es cuestión de volver a confiar.

Vivir a conveniencia no es vivir, es aguantar. Resignarse a la comodidad. Te invito a renunciar alegoísmo. Que tu sombrero solo sea una pieza de vestir, que ningún poeta note la tristeza de tu alma por él. Devuelvele el brillo a tus ojos. Dedicate a andar, llevate el sombrero para que te cubra del sol y nada mas. Y comprende que con esta nota no digo que te lo quites morena, es simplemente que te dejes llevar."

viernes, 22 de octubre de 2010

Vamos cupido...

Había sabido por un tiempo la respuesta de esta negociación. Era un acuerdo con cupido, un café y un amor. Pactamos vernos un viernes; la dama fiel de porte elegante nunca jamás llegó. Escribí una carta al portador declamando a sinceridad la verdad de un corazón cerrado al amor pero abierto a un par de esperanzas color verde. Pasaron las horas, era un norte sin sábado. Estaba a punto de perder el horizonte, cuando de repente se escucha la campana de la puerta, era cupido vestido de mujer. Bella como siempre, pero con el alma guardada bajo candado y la fe enterrada en un norte perdido. Era sábado. Recuerdo como hoy que era el último café que bebía con cupido. Mi cupido no cargaba flechas ni un corazón gigante, tenía un anillo en forma de estrella; irradiaba su luz al mundo. Pero hoy, en mi espacio, cupido era gris, tenue, opaca. Le faltaba la sutileza y el encanto de mujer. Vamos cupido, que te pasa? Sabes que deliro por tu sinceridad. Tarde; ya la suerte estaba echada, los dados lanzados, cupido había venido con un frente de negociación firme y desviada. Irónica. “Tengo que dejarte, ya no puedo estar a tu lado”. Con una mirada a los ojos, le dije lo que sus oídos no querían escuchar: “le has vendido el alma al diablo cupido; que has hecho?” Dos lágrimas caían en su mejillas, muda. “Es eso, o Dios ha obrado en ti para que sanes un alma pérdida?” Mi dama seguía en un silencio incómodo, inmaduro.

“Tu trabajo es llenarte de luz, la que te sobre esparcirla por el mundo”. Vamos cupido, ya hemos hablado de esto, de tu esencia. Era como si nada fuese fortuito, esto tenía que estar escrito. Nunca pretendí negociar con mi amada, porque sabía que era libre y estaba enamorado de su libertad. Pero a mi mujer la habían asesinado y suicidado a la vez. Y pensar que esta es la misma mujer que había amado, por la que había luchado, por la que había crecido. Esta diva era una reencarnación del amor.

En su llanto de encierro atinó a decirme que estaba abrumada, en otro idioma me dijo que estaba muy encima de ella. Susurré despacio: “Dime mi niña, cual es mi lugar?” Mi compañera nunca me definió un lugar exacto. Jamás supe en qué momento mirarla, escucharla, hablarle, abrazarla, besarla, limitarme…siempre le mandé un ejército de un amor puro y sincero de una raza extinta. Un amor del negrito. Vamos cupido, respira, sé que estas sin aire. Muda y sin palabras, esta decisión hacía rato que estaba tomada.

Nunca perseguí intercambios, aciertos, ni placeres contigo mujer, pero te miento si digo que este no es el final que había apostado a ti. Vamos cupido, ambos sabemos que puedes dar más. Este es un final barato, en el que la influencia y el qué dirán te corroen la felicidad a trozos, como el pedazo de fe que me estas cobrando con tu partida. Empieza a devolverme detalles, el toque, la marca indeleble que separaba este amor de lo ordinario, de la corriente. “Recuerdas por qué te regalé ese anillo?” Le pregunté sonriente, y la miré esperando la respuesta acertada. Ambos habíamos acordado que eso sería un símbolo de fe, casi un salto, en el cual al mirarlo y llevarlo consigo, mi cupido sería capaz de recordar su esencia, su propósito en esta vida, sus ganas de vivir, su luz.

En ese momento mi lucero volvió en sí por un segundo y me dio la primera noción de sinceridad de la tarde, me dijo lentamente: “De verdad me tengo que ir”. Era hora de decir adiós a mi princesa. Vamos cupido, recuerda que esta es tu decisión, esto es lo que has querido. Sólo recuerda que en la vida para obtener algo muy bueno hay que pagar un precio muy alto. No viceversa. Tomó mi mano, sacó el anillo, prometió vivir feliz y dejó el anillo colocado en mí, con un viento intacto sopló un beso, sopló otro y se apagó. Su pacto había concluido. Se paró de la mesa con todo su porte, elegancia y emprendió su camino hacia otro corazón. Serás superhéroe de otra alma.

Serás de otro dulzura, pero siempre recuerda, que luego que te fuiste, yo me tomé la molestia de saldar esta cuenta… de pactar con Dios el destino de tu felicidad. Después de aquel día, de vez en cuando, cuando tomo café, suspiro delirios de amor, sangro cucharadas de fe y me digo a mi mismo: “Vamos cupido, acércate, pasa un rato…y hablemos de tu fucking puntería”.

David Mella

03 de octubre, 2010

jueves, 30 de septiembre de 2010

Dilatando amor...


Una hoja en blanco fue la primera herramienta de esta historia. Que hacer con ella? Sin nada en la mente, mis manos decian a gritos que te amo y ya no podia esconderlo. Mi corazón está dibujado en tus ojos.

Con que lapiz le escribo al amor? Yo solo era dueño absoluto de un papel. Me faltaban tus besos, no sé obtener tu atención. Como te hago saber que por ti suspira mi corazón? Pero el amor me habia traicionado un tiempo. Lo que siento ahora es un baile de ansiedad y sentimientos encontrados. Habia que retrasar el amor, pausarlo. Una mirada a la vez.

Comencé a saborear en la hoja la sensación de tenerte en mis brazos. Trazaba tus ojos, filtraba las caricias, pintaba sueños, construía nuestras vidas. Pero en mi papel aun no había nombres ni lugares para vivir. Confundido miraba el baile, en el cual la ansiedad daba vueltas a los sentimientos a son de una canción de cuna y ya no se si esperar a que caiga la noche o tomar el lienzo y pintarte la luna.

Tomé la decisión de quererte a dosis y fui buscando lentamente los ingredientes necesarios para el banquete de tus besos, la sutil necedad que le causaban tus ojos a mi alma y la tranquilidad eterna de tu cuerpo amor. Y como se le inyecta una dosis de paciencia al corazón? Como se ponen en espera los sentimientos?

Déjame cantarte tu nombre al oido, que mi río se lleve nuestro pasado, que el sol nos sorprenda exhaustos de pasión y nos caliente la ilusión de esperar, de creer. Vamos a extender la noche, yo te conquistaré suavecito y te confesaré mi amor cuando amanezca si tu te olvidas del mundo, corazón.

Ven cariño, seamos honestos, dame tu mano, toma mi hoja, quiéreme despacito y acompañame en mi viaje a dilatar el amor.
David Mella
30 de septiembre, 2010

domingo, 8 de agosto de 2010

Pesar

Solo basta una vez,

una sola vez,

y ya es una necesidad.

Como un adicto,

ansío otra dosis letal de tus labios

Perdido en la incesante búsqueda del roce de tu boca

¡Qué ganas de explorarte!

¿Habría placer más grande y fortuito

que recorrer y descubrir cada instancia de tu cuerpo?

Mi boca solo anhela tus rincones,

y andar tus espacios,

y confundir nuestros cuerpos,

y entremezclar nuestros alientos

Tomaría ese cuerpo entre mis manos

y lo hiciera solo mío en un instante

Guardaría para mi cada molécula

que compone tu aroma.

Te hubiese llevado con gusto

a la frontera de la cordura.

Transformaría tu deseo en actos.

Perderías la razón, así como yo la mía.

Pero las cartas están en la mesa.

Las palabras están dichas.

Las decisiones tomadas.

El último beso fue sellado.

Y el verbo recordar se asienta en mi pecho.

Dejarte escapar esa noche, pesa.

Mario Doñé

8 de Agosto del año 2010

sábado, 12 de junio de 2010

Ese amigo tuyo...

Azar.
Sino.
Destino.
Me llevan a una noche,
corta, fugaz, voluble.
A robarnos el aliento para sobrevivir.
A comer de tu carne.
A que me desgarres.
Desesperarte, secuestrarte, descontrolarte.
Lamerte, besarte, tomarte.
Verte contener tu ardor, tus gemidos, tu deseo.
A caer en el adictivo abismo de tus labios,
de tu boca, de tu lengua.
Azar.
Sino.
Destino.
Insisten en separarnos.
En mantenernos distantes.
En tener que conformarnos con la noche.
Esa noche que nos brindaron y aprovechamos.
Mario Roberto Doñé
12 de Junio del 2010

lunes, 5 de abril de 2010

Sumar...no completar

Quien fue que dijo que cuando dos personas se quieren es porque uno tiene lo que el otro le falta? Quien conoce el final en una historia de amor? Cuando es suficiente? Estos ojos ya se abrieron, las lágrimas se secaron, el sol ya salió. Que me queda? Un simple desenlace que resumiré en una oración: el desenlace de esta historia no es más que un intercambio de pudor por miedo a mano armada. Una lujuria enardecida por el deseo de justificar maldades enfermas de una mente dañina.

Todos tenemos un mal concepto del amor. Es necesario reforzar todos nuestros vacios internos antes de enamorarnos. Generalmente nos enamoramos esperando, sin tener mucho para dar, y por eso somos lo suficientemente estúpidos para conformarnos con la oferta del otro. Nunca he oído a nadie decir "tengo tanto que ofrecer". Por lo general es más: “este es mi trofeo social”, esto es lo que tengo en este momento. Cuando el amor se ve de esa manera, se puede comparar a un burdo cambio de ropa interior. Cuando mi premio se ensucia o encuentro uno más bonito, inmediatamente estoy listo para cambiarlo. Ese es el concepto de amor complementario, amor del momento.

Este problema ha sido abordado infinitamente durante la historia de la humanidad. Actualmente lo que se ha decidido erróneamente ha sido olvidar todas aquellas historias de amor que eran contadas en los libros, actuar sin pensar, estar por distraer, volviendo siempre al amor que complementa, siempre con el mismo resultado: los momentos. Es necesario realizar la operación inversa a completar, dejar cualquier duda sin espacio, ser muy radical con el alma. Armemos un nuevo concepto de amor…el que suma.

Es esta la misma operación matemática que añade, que incrementa. El amor que suma vive la incoherencia pasional del tirano corazón. Admite y reconoce que dos personas eran completas antes de encontrarse, y que al andar, serán por la cantidad de virtudes vividas capaces de transcender en el tiempo. El amor que suma perdura. Es un amor capaz de luchar que persigue el elemento el elemento más abatido, pisoteado, pero paradójicamente más luchado y buscado por cualquier persona en cualquier nación del mundo: la libertad. Es un amor creyente de la verdad y la vive a plenitud.

De lo que hablo es de amores que aporten, que vivan, que sientan, que respeten, que no hieran. Que se valoren. El que se siente complementado es porque le faltaba algo, idolatra su otra mitad la nombra alma gemela y le cambia el nombre a su propia alma. El que se siente sumado, por su parte, llegó al amor completo, no necesita que le escriban encima de sus espacios en un blanco, no busca brillar en defectos, no crea… reinventa. El que suma no resta pero el que completa siempre faltará. Lo que está incompleto no sirve, lo que adiciona siempre será un resultado.

Si dibujamos por un momento un corazón de papel, , este se convierte en el adorno perfecto para cualquier ser amado, el toque ideal para cualquier regalo de amor. Justamente en la mitad, con las dos manos, rompamos el corazón en dos partes iguales. Nadie será capaz de encontrarle sentido, me atrevo a decir que no será visto en San Valentín. Puedo decir con seguridad que aun ese corazón se pegue, ningún artista será capaz de colocar los todos los diminutos fragmentos que se perdieron en el momento de la ruptura. Es muy fácil ir de lo positivo a lo negativo... La diferencia entre un súper héroe y un villano es un accidente de laboratorio. Pero es casi imposible recordar el antídoto de un antídoto. El camino de vuelta a lo que era.

Vamos a reinventar la felicidad. Inyectemos una dosis de playa, una síntesis de montaña, un poquito de caldo al alma para entender que la vida es muy corta para recuperar lo que la tormenta se llevó, lo que ya pasó, lo que ya no es. Para vivir en un constante dolor aferrados a una ilusión, jugando dominó con la verdad. Para vivir en dolor. Eduquemos nuestras almas. Que no haya chance para recordar el camino al arrepentimiento. Que se nos olvide mirar atrás.

El que complementa impone, el que suma acomoda. Valorar a quien se lo merece, amar a quien se deje. Vivir. Total, siempre habrá dos tipos de amores. Es asunto de no perder la cabeza. El que complementa acostumbra, el que suma acepta. El concepto de amor del que escribo no es un asunto de la primera persona, es de saber discernir lo que uno quiere primero, aferrarse a esa seguridad, cerrar los ojos y ser capaces de recordarla como un mantra. La carne, débil por naturaleza, siempre habrá que complementarla, saciarla, cocinarla. El alma, por su parte, se llena con resultados, con extractos de tiempo. Con recuerdos. Con reinventos de felicidad. Con la trascendencia tomada de la mano… con la magistral suma de la calma.

David Mella

5 de abril, 2010.

jueves, 1 de abril de 2010

El Muro de las Lamentaciones

Aveces siento que hablo con una pared.

Tiene tus ojos, tiene tu boca, tiene tu pelo, tiene tu aroma, tiene tu voz, tiene tu cuerpo, tiene tus manos.

Habla como tu, se mueve como tu, se expresa como tu, piensa como tu, se rie como tu.

Y me mira con tus ojos, me habla con tu boca, me enreda con tu pelo, me duerme con tu aroma, me arrulla con tu voz, me exita con tu cuerpo, me toca con tus manos.

Pero no eres tu. O yo me niego a aceptar que lo sea.

Mario Roberto Doñé

28 de Marzo del año 2010

12:01 a.m.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Sangra...pero no duele.

Estoy aferrado a una historia de amor que no he vivido, a unos besos esparcidos por las noches que ya se fueron. Estoy soñando con magia, pidiendo deseos al alba de saciar esta sed que me quema por dentro. Admito que no se esperar, que quiero justicia con la verdad y la quiero ahora. Estoy viviendo momentos de un después, donde estará el vacio del ahora?

El ahora se murió junto con mi alma de envenenamiento por ansiedad. Murieron porque no supieron adherirse a la sociedad, ser un pez más en el océano de la vida. He permitido que el silencio me arrope despacio y me queme por dentro. Será que aun existes dentro de mi? Murmullo en silencio que quiero salir, que no quiero que estés, a veces te pienso, pero otras veces te beso en el tiempo. Y si me aferro al pasado, cuando estaré listo para llenar la copa del ahora?

Ya no quiero tener más la razón. Por primera vez en la vida quisiera estar equivocado. Quiero gritarle al mundo que mi paranoia no es más que una formula matadora de veneno y lujuria, que mi imaginación no es más que una prostituta celosa que no guarda luto. En el amor todos sabemos que el alma siempre le indicará al corazón hasta donde llegar, que nadie mas tuvo la culpa. Ahí no hay espacio para la muerte y sus amigos: paranoia e imaginación. En ese punto ya no vale la pena ni reciclar la venganza.

Brindo por el desamor. Por las realidades fabricadas a conveniencias, por los besos sin sentido, los orgasmos fingidos, el adulterio sin base, por el sexo con blusa. Por los minutos que nos cuestan la vida, por actuar sin pensar, por las murallas de apariencia para fabricar mundos de fantasía. Por la incoherencia, por las veces que fue el segundo, por el tiempo que no estuve, por la noche de hoy y la del miércoles también.

Aun muerta, el alma me sangra como un aborto. Silente, no duele. Como aquel té de ojos canela que bebí del jardín, hace tanto que ya ni me acuerdo. Nunca comprendí su olor, disfruté hasta el último sorbo, pero siempre sin pensar en su sabor….amargo en la última milla de la garganta.

Ay alma! Que Dios y el karma se encarguen de darle justicia a tu corazón. A mi se me olvidó coser, ya no se suturar tu herida, se me olvidó el camino a casa y mucho menos me acuerdo del hospital. Sé que todavía puedo verte en tu tumba, se que todavía puedo hablarte, besarte pero siempre con el cristal que dividirá lo que fui y lo que seré. Sé que tengo tiempo y está a mi favor. Los días no son más que una cuenta regresiva de la libertad a partir de ahora. Asi es como se llena esta copa.

David Mella

31 de marzo, 2010.

sábado, 27 de marzo de 2010

ReGénesis

Recuerdas cuando decía: "Ya no escribo, porque todo lo que sentía y tenía que escribir, te lo digo a ti, mirándote a los ojos..." Soy yo? O mis palabras no te mueven? Soy yo? O te haz vuelto inmune a mis versos?

Me haz condenado

Tu

Por primera vez

Tu

Me condenas

Me atas a las cadenas del lápiz y el papel

A embarrar mis manos con tinta

A tener que colgar los versos a la pared que haz levantado entre los dos

Habla

Cuenta

Expresa

Dime

Estoy envuelto de locura en un limbo de cuatro paredes

Sueño

Pienso

Escribo

Constrúyeme o Destrúyeme

Pero hazlo de una vez

Tú, que te haz vuelto Dios ante este hombre

Tú que me recreaste en 7 días

Tú que con palabras puedes llevarme a la ruina

Tómate tu tiempo

Pero hazlo en un instante

Sálvame o Condéname.

Mario Roberto Doñé

Sabado 27 de Marzo del año 2010

Aparato Respiratorio


Inspiración. Mi primer aliento al despertar ya es tuyo.
Primer pensamiento: Tu. Miro alrededor con la estupida y triste esperanza de que sueño contigo y estás a mi lado. No estás. No sueño. Aún quedan dos horas para dormir.
Espiración. Mi último aliento antes de dormir ya es tuyo.
Soñar. Solo Tú. Ahí estás. Junto a mí. Sobre mí. Nuestros cuerpos danzan uno sobre el otro. Como si se deboracen. Como si para esto hubiésemos nacido. Como una quimera. Tu y Yo. Separados. Con la insaciable necesidad de unirnos. Esa danza. Aquella que sabemos tan bien. Despertar.
Inspiración. Mi primer aliento al despertar ya es tuyo.
Primer pensamiento: Tú. Busco mis brazos. Vacíos. No te tienen. Mis manos. No te tocan. No estás.
Espiración. Ya no puedo respirar.
Mario Roberto Doñé
9:30 a.m.
Sábado 27 de Marzo del año 2010

jueves, 18 de febrero de 2010

Te Guardaré

Recuerdo despertar de un profundo sueño. Estaba fuera de la alcoba, sentado en uno de los más incómodos sofás de la vida. De reojo vi tu rostro acostado. Sobre la cama estaba tu cuerpo rendido, no respirabas, no me veías. Estabas muerta. Un torrente de emociones se apoderó de mí. Nublado como el día gris, corrí desesperadamente por ayuda. Abrí la puerta, salí de la casa. La casa estaba desorganizada, descuidada; falta de encanto de una mujer. Sin tiempo para pensar en eso, doble a la izquierda, buscando algo, una señal, quizás un hospital?

Solo pensaba en tus labios. De repente, recordé que si te besaba, esta inesperada pesadilla terminaría; abriría los ojos y con mi corazón en la mano, todo volvería a ser como antes. Tomé el camino de vuelta a casa. Enamorado y emocionado, llegué nuevamente a tu rostro. Tal como lo había imaginado en mi mente, plasmé mi amor en tus labios, cerré mis ojos ilusionados esperando una respuesta. Una lágrima fría, amarga se desprendió de mis ojos al ver que de nada valió el esfuerzo, era muy tarde. No te pude revivir amor. Suspiré desde muy adentro y entendí que no podía correr, debía terminar con esto.

Debo confesar que es lo más duro que he hecho en la vida. Fui tuyo, eras mía y ahora debo vivir con esta transición. Hoy estas muerta, no vives. Pero he aprendido que no debo forzar las cosas, que no debo maltratar, dejar ir y aceptar. Casi temblando, fuera de la casa, excavé en un espacio vacío del patio. Con dolor, te tomé en mis brazos por ultima vez, fría y pálida, sin sangre. Besé tu frente sin esperanza y lleve tu rostro hasta su entierro. Has quedado ahí amor, has quedado ahí.

Con una serenidad fabricada por una fuerza ficticia, lentamente fui cerrando con tierra tu espacio. Contigo se fue la única pregunta que me quedó por hacer: Qué te llevó matar este amor? En vano intente recordar, dormía y cuando volví a despertar, estabas muerta a mi lado y contigo se fue este amor eterno, puro y sincero, de los viejos tiempos.

Con el deber cumplido, tranquilo de que ya descansas, comprendí que ya no me interesa saber la respuesta a esa pregunta. Elevaré una petición al cielo, implorando que una fuerza más grande que la de este amor, intervenga por la paz de tu alma y la de mi corazón. De tu boca ya no saldrán más palabras, de tus manos ya no saldrán más caricias, ya se terminó.

Recuerdo haber despertado de un profundo sueño. A lo lejos muchas personas de negro lloraban algo que se les había perdido. Sin fuerzas, exhausto, hice un último esfuerzo, me asomé hasta el centro y en una lápida se leía un nombre. En ese momento, finalmente entendí que tú no habías muerto sola, porque también había muerto el alma mía

David Mella

15 febrero, 2010