miércoles, 20 de junio de 2012

Rayuela: Capitulo 7

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Julio Cortazar

viernes, 15 de junio de 2012

Entregame tu alma, oscura criatura. Dejame encantarte con mi sortilegio...

15/06/2012

Como si te odiara.


...Y vuelvo a la necesidad de ti, a esta furia incontrolable de tomarte entre mis manos y hacer de tu cuerpo lo que me plazca, de pasar mi lengua entre tus atomos, de morder tus senos blancos y destrozar tu sexo. Ahora necesito beber cada gota de tu sudor, quiero tomarte del pelo y que me pidas a gritos que te pegue, que no aguantes las ganas de abofetearme. Quiero enredarme entre tus piernas y que nadie sepa donde comienzo y tu terminas. Quiero bailar esa danza mortal que conocemos tan bien.

Quiero hacerte el amor como si te odiara.

Mario Doñé
27 de enero 2012, 2:43 a.m.

Poesía Difusa


Ansias de ti
Anhelo de ti

Te deseo
Te espero...
O eso creo
El tiempo se toma su tiempo
Mi prosa pierde su sentido
Así la inspiración toma el control
Tus ojos, tu pelo, tus lunares, tu boca, tu lengua, tus piernas abiertas

Extraño
Extraño es pensar que te amo, que me amas, que nos amamos...
Extraño es pensar en distancia
Soñar contigo y no tenerte
Haber probado de la gloria que es un minuto en tus adentros y perderte
Escribir estas lineas que son tuyas
Aceptar una vez más el verbo “recordar”

Poesía difusa es lo que tengo, versos que no se encuentran a si mismos...
Versos que te buscan, que te ansían, que te necesitan
Versos que esperan llegarte, y adentrarse

Poesía difusa, palabras, no más
Palabras, y la esperanza de que sientas, y desees, así como yo...

Mario Doñé
21 de Enero del año 2012

Todo en la Tierra tiene su nombre


Todo en la Tierra tiene su nombre y quizás mi error más grande fue querer ponerle uno a lo que teníamos. Con la fuerza de un nombre atamos nuestro amor a la tierra, lo expusimos a la mirada de Dios, lo echamos a los cambiantes vientos del destino, lo pesamos en la balanza de las leyes humanas.

Sin nombre éramos esquivos, etéreos; éramos gas y el ruido de la vida nos traspasaba. Como fantasmas íbamos por el mundo y de nosotros solo percibían ectoplasma.

Algo que era nuestro, tan nuestro. Un amor que solo nos pertenecía a nosotros y ahora, aparentemente, es del mundo, es objetivo, es terrenal.

Te olvidaste de lo que nos hacía únicos, lo que nos hacía diferentes, especiales. Éramos tu y yo contra el universo mismo, contra Dios y sus designios, contra la gente y lo que opinaran.

No sé en que momento se perdio ese folio, en que momento dejaste de sentirlo. Yo por mi parte no me olvido, por mi parte, aún lo siento.

Estoy enamorado de ti como la primera vez. Con la misma ilusión, las mismas ganas, el mismo empeño y con el peso del tiempo, de las experiencias vividas, del amor compartido.

Solo quiero que recuerdes la esencia de lo nuestro. Dejemos este plano y volvamos a lo arcano, a lo onírico.

Olvídate del mundo y ven conmigo...

Mario Doñé 
28 de enero del 2012