"Estos poemas los desencadenaste tú, como se desencadena el viento, sin saber hacia dónde ni por qué. Son dones del azar o del destino, que a veces la soledad arremolina o barre; nada más que palabras que se encuentran, que se atraen y se juntan irremediablemente, y hacen un ruido melodioso o triste, lo mismo que dos cuerpos que se aman."
sábado, 25 de mayo de 2013
Llegaba el momento en que deseaba me mordieses el labio hasta sangrar. Quizás en el fierro de mi sangre saborearas lo tenaz de mi pasión…
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