Las mujeres fluorescentes son escasas, así como las que vuelan y las inmortales. No se imaginan los velos metafísicos que hay que cortar para hallarlas, la cantidad de macrocosmos a navegar, demiplanos que crear, sumergirse en cada uno de los 7 infiernos, explorar las infinitas capas del abismo.
Hay que graduarse de oniromante.
Desplomar las paredes de lo físico.
Jugarte la salud mental.
Arriesgarte a perderte y no volverte a encontrar.
Mario Doñé
25 de Agosto del año 2012
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