Aveces siento que hablo con una pared.
Tiene tus ojos, tiene tu boca, tiene tu pelo, tiene tu aroma, tiene tu voz, tiene tu cuerpo, tiene tus manos.
Habla como tu, se mueve como tu, se expresa como tu, piensa como tu, se rie como tu.
Y me mira con tus ojos, me habla con tu boca, me enreda con tu pelo, me duerme con tu aroma, me arrulla con tu voz, me exita con tu cuerpo, me toca con tus manos.
Pero no eres tu. O yo me niego a aceptar que lo sea.
Mario Roberto Doñé
28 de Marzo del año 2010
12:01 a.m.
precioso, a veces las mujeres podemos llegar a ser tan crueles como frías las paredes.
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