viernes, 12 de enero de 2007

Vals

Estoy siendo bombardeado por insostenibles ataques de lujuria, poco a poco me hago más adicto a ti, menos hombre, más animal, cada día es más difícil controlar los impulsos… Y ni siquiera he probado la flor de tus labios, los más tentadores con los que estos ojos hayan tenido el placer de tropezar… Estos daños que provocas mujer… Aún así, pasión o lujuria per se no son más que tierra yerma para mi inspiración… Constantemente te podría pensar y los versos solo danzaran en mi cabeza, con sus caras retorcidas, y muecas demoníacas, rondarán en mi cerebro y me harán creer que tengo el poder, me susurrarán al oído, pensaré que puedo someterlos, todavía escucho sus risas macabras y sus extasiados aullidos… Vamos mis pequeños, dancen, algún día ella regresará y tomará el control de sus incesantes gemidos, será su ama, y las bestias que ahora son serán esclavas a su belleza, una vez más reinará sobre ustedes y sus insignificantes existencias, harán maravillosas creaciones solo para su gloria… Los hará retorcerse en el suelo, una caricia suya les causará cientos de espasmos, no se resistirán a su voz… ¿Pero ella? Ella tendrá el dominio total… Hasta que un día, así sin más, los abandone, y ustedes volverán a su estado regresivo y una vez más danzarán y conspirarán contra mi, serán otra vez vestigios, pedazos de nada… Dancen mis pequeños… ¡Dancen, hórridos despojos de inspiración!

Mario R. Doñé

12 – 01 - 2007

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